Entrevistas varias

El tema es el siguiente. Resulta que les comenté anteriormente que voy a empezar a laburar de nuevo.
Hace cuatro meses que estuve de indigente en mi casa. Pero ya está. Vuelvo a la labor de todos los días.
Pero no es del nuevo trabajo del que quiero hablar. Sino de uno que estuve a punto de conseguir y lo perdí. Ahora digo, por suerte.
Cuando en marzo renuncié de la porquería de mi trabajo anterior, me fui con la casi certeza de que seguiría laburando, pero en un nuevo lugar.
Era para el call de Banco Macro. Me pasearon por veinte entrevistas y luego al preocupacional al que tuve que ir dos veces sólo para entregar un certificado en el cual debía constar que estaba capacitada mentalmente para trabajar. Sí. Creo que se asustaron cuando me hicieron el psicotécnico.
Así que mejor ahora que lo pienso.
Pero tampoco quiero contar eso.
Resulta que en la primer entrevista tuve que ir a una oficina y llegue como quince minutos tarde. Hacía un calorrr. Era marzo todavía.
Cuando llego me hicierom completar rápidamente un formulario y a su vez había un pibe con rulos y una mina que aparentaba mucho más grande que yo. En efecto lo era. Y estaba demacrada la pobre.
Mientras completaba el formulario el cual terminé tan rápido que seguro lo hice mejor que los otros que ya habían terminado les pregunto si hacía mucho que habían llegado.
El imbécil del de rulos con cara de señora constipada me dijo que hacía como quince minutos. Bue, mató la onda. Tampoco los hice esperar una hora.
Cuando volvió la mina que nos iba a entrevistar nos hizo hacer un par de juegos. Son de esas situaciones bien tristes que uno tiene que vivir cuando pretende conseguir un trabajo a toda costa. Uno se transforma en lo que no es. Un idiota. Pero si sabés hacerlo con inteligencia te darás cuenta que los de a tu alrededor no les sale porque de hecho ya son idiotas naturalmente, lo cual les quita la inteligencia por completo.
La cuestión es que el primer juego constaba de que cada uno en un papel escribiera el nombre de: un deportista, un personaje libre, un actor, un político y no me acuerdo qué más.
Bueno. Lo mejor en esos casos es elegir personajes que de manera obvia el resto de los entrevistados no conozcan, así demostrás la superioridad mental que ellos no tendrán sobre uno.
Es así que como actor elegí a Klaus Kinski, como personaje libre al director Werner Herzog, como deportista a José Meolans, y como político a Cristina Kirchner. Era obvio que con lo de Cristina se iba a generar polémica. Más obvio era que ninguno de los otros estúpidos iban a elegir a la presidente de nuestro país por amar ser quejosos y opositores de todo lo que exista en este país. Es como "la onda" de los jóvenes.
Después de escribir esos personajes había que decirlo en voz alta y justificar nuestras elecciones. Por supuesto a los dos primeros nadie los junaba. Tuve que explicarles con mucha altura quiénes eran. Ya se imaginan cuando expliqué por qué elegí a Cristina.
Finalmente y para hacerla corta entre los tres había que elegir nuevamente esa cantidad de personajes pero eligiendo algunos de los que nosotros habíamos escrito.
Los demás imaginense, la mina no sabía a qué político elegir. Cuando lo hizo no se acordaba el nombre de la loca, a lo que yo le ofrecí el apellido de la misma.
Estensoro. Claro, la flaca decía que era una parecida a Frida Kahlo pero que no se acordaba el nombre. Me indigné con las comparaciones y más con que no se acuerde del nombre de un político al que ella elegiría.
El pibe se hizo el intelectual y eligió a uno del año del jopo que ni siquiera me acuerdo el nombre pero qué importa ahora... la justificación que dio lo hizo quedar como un gil porque era lógico que quería impresionar al resto y lo único que me produjo fue vergüenza ajena por estar disputándome un puesto de trabajo con ese pedazo de..... bue.
La cuestión es que por el momento voy a dejar este tema para retomarlo en otro momento porque me acuerdo y me pongo como loca.
Les mando un beso grande y nunca vayan a una entrevista para Banco Macro.
Love u all.